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ISSN: 2411-0094 (en línea)
Revista Científica de Ciencias de la Salud,
2020: 13(2), 34-44
Conducta sexual de riesgo y comunicación familiar en adolescentes de 3ero,
4to y 5to año del nivel secundario de una I.E. estatal de la ciudad de Iquitos
Risky sexual behavior and family communication in adolescents of 3rd, 4th and 5th
year of the secondary level of an I.E. state of the city of Iquitos
Keshia Gamboa Pumazoncco
1
, Keila Ysuiza Rodriguez
2
RESUMEN
Objetivo: determinar la asociación entre la conducta sexual de riesgo y comunicación familiar en
adolescentes de 3ro, 4to y 5to año del nivel secundario de una I. E. estatal de la ciudad de Iquitos.
Metodología: diseño no experimental, de corte transversal y alcance correlacional. Se llevó a cabo
en un grupo de 500 adolescentes entre 13 y 19 años. Los instrumentos usados fueron el cuestionario
Conducta Sexual de Riesgo (CSR) por Apaza (2018) y la Escala de comunicación Padres-Adolescentes
(PAC) de Barnes y Olson (1982) adaptado en el Perú por Bueno, Tomas y Araujo (1998). Resultados:
los resultados obtenidos demuestran que no existe asociación signicativa entre el nivel de comunicación
con el padre y las conductas sexuales de riesgo. En cambio, se aprecia que el nivel de comunicación con
la madre se asocia signicativamente con la edad de inicio sexual (X2=2.303; p<.05), con la cantidad de
parejas sexuales (X2=8.758; p<.01) y uso de preservativo (X2=3.803; p<.05) como medida de protección.
Conclusiones: a mayor comunicación menor probabilidad en conducta sexual de riesgo.
Palabras clave: Conducta sexual de riesgo, comunicación familiar, adolescentes
ABSTRACT
Objective: to determine the association between risky sexual behavior and family communication
in adolescents of 3rd, 4th and 5th year of the secondary level of a state I.E. of the city of Iquitos.
Methodology: non-experimental design, cross-sectional and correlational scope. It was carried out in a
group of 500 adolescents between 13 and 19 years old. The instruments used were the questionnaire
Sexual Risk Conduct (CSR) by Apaza (2018) and the Parent-Adolescent Communication Scale (PAC)
by Barnes and Olson (1982) adapted in Peru by Bueno, Tomas and Araujo (1998). Results: the results
obtained show that there is no signicant association between the level of communication with the father
and risky sexual behaviors. On the other hand, it can be seen that the level of communication with the
mother is signicantly associated with the age of sexual initiation (X2 = 2.303; p <.05), with the number of
sexual partners (X2 = 8.758; p <.01) and use of condoms (X2 = 3.803; p <.05) as a protection measure.
Conclusions: the greater the communication, the lower the probability of risky sexual behavior.
Keywords: Risky sexual behavior, Family communication, Adolescents.
1
UGEL Contamana, Ucayali, Perú.
Orcid ID: 0000-0001-8607-3670
2
UGEL Contamana, Ucayali, Perú.
Orcid ID: 0000-0002-9887-0527
Esta obra está bajo
una Licencia Creative Commons
Atribución 4.0 Internacional
Investigación Original / Original research
Revista Científica de Ciencias de la Salud, 2020: 13(2), Julio-Diciembre
DOI: https://doi.org/10.17162/rccs.v13i2.1425
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INTRODUCCIÓN
En las últimas generaciones la maduración
sexual en los adolescentes, es cada vez más
temprana y sobre todo la participación es
aún más activa en la esfera social, cultural y
económica. Por ende, los problemas sexuales
de riesgo se han convertido en un problema para
la sociedad actual; tener sexo a temprana edad
está asociado a un sexo no seguro, debido a
que, existe falta de conocimiento e información,
acceso a los métodos anticonceptivos, y casi
en la mayoría de los adolescentes suelen iniciar
también su relación sexual bajo los efectos del
alcohol y drogas, esto imposibilitándolos a tomar
decisiones estables y sobre todo a resistir la
presión de la pareja. (Rosales e Irigoyen, 2013).
De la misma manera, la Organización Mundial de
la Salud (2016) hace referencia que, cada día más
de 1 millón de personas adquieren una infección
de trasmisión sexual. A su vez, anualmente, unos
357 millones de personas contraen algunas de las
cuatro ITS; clamidiasis (131 millones), gonorrea (78
millones), sílis (5.6 millones) o tricomoniasis (143
millones). Asimismo, el porcentaje de personas con
infección genital por el VHS (herpes) prevalece los
500 millones. Por lo tanto, en el mundo hay más
de 290 millones de mujeres víctimas, infectadas
con el virus de papiloma humano (VPH), una de
las ITS más comunes.
Por otro lado, por Lavielle et al. (2014) indican
la relación entre conducta de riesgo sexual y
comunicación familiar, obteniendo como resultado
que el 63.8 % de los y las adolescentes presenta
satisfacción y comunicación familiar, lo que se
consideraba como familia nuclear, no obstante,
un 21.7 % provenía de un conjunto de familia
monoparental. Sin embargo, en la forma o
interacción de la comunicación y la estructura
familiar de los adolescentes que han iniciado y no
han iniciado su actividad sexual, un (23.9 %) se
dio a conocer que los adolescentes presentaban
una comunicación familiar disfuncional iniciando
su vida sexual, asimismo el (27.4 %) de las y los
adolescentes evidenciaban una comunicación
funcional. También, el 33.8 % de los adolescentes
que habían tenido relaciones sexuales, provenía
de una familia monoparental, 24.9 % de una familia
nuclear y 19.6 %, de una familia extensa. Es decir
que, la iniciación temprana de la vida sexual fue
más frecuente en los adolescentes con familias en
la cual la expresión de afecto era escaza.
Fernández et al. (2017) ejecuto un estudio en Costa
Rica, sobre las actitudes hacia la comunicación
sexual entre madres, padres y adolescentes. Con
una muestra de 916 personas madres y padres
como adolescentes de 13 a 17 años. Utilizaron
para tal n el Parent-Teen Sexual Communication
Scalem, esta escala mide la comunicación entre
padres, madres e hijos (as) sobre la actividad
sexual, reproducción, contraceptivos, infecciones
de transmisión sexual, protección de estas
enfermedades, uso del condón, presión de grupo y
presión sexual por parte de otros adolescentes. Se
empleó un diseño experimental con seguimiento
longitudinal. Cuyos resultados obtuvieron que el
15 % de adolescentes se encontraban activos
sexualmente, sin embargo, se encontró que los
adolescentes tienen mejor disposición que los
padres y madres para hablar sobre sexualidad,
por otro lado, los padres, madres y adolescentes
reportaron algún grado de dicultad e incomodidad
al hablar sobre métodos especícos de prevención,
esto llevándolos a destacar una necesidad de
incorporar intervenciones con adolescentes y
padres sobre tema de salud mental.
En Tacna, Gómez (2013) realizó un estudio en
la Institución educativa Cesar Cohaila Tamayo
con el objetivo de determinar la relación entre
los conocimientos y las actitudes frente a las
conductas sexuales de riesgo en adolescentes.
El estudio fue de tipo cuantitativo, nivel aplicativo
y método descriptivo de corte transversal. La
muestra poblacional fue de 162 adolescentes
del 3ro, 4to y 5to año de nivel secundario.
Obteniendo como resultado que el 51,2% de
los adolescentes expresaron una actitud de
indiferencia hacia las conductas sexuales de
riesgo, sin embargo, el (31,5%) presentaron
una conducta de rechazo y solo el (17,3%)
de adolescentes expresaron una actitud de
aceptación frente a las conductas sexuales
de riesgo. Llegando a la conclusión que la
mayoría de los adolescentes tienen un nivel de
conocimiento “medio” sobre las infecciones de
transmisión sexual y la mayoría tienen actitudes
de “indiferencia” frente a las conductas sexuales
de riesgo.
Aspectos teóricos de la conducta sexual de
riesgo
Denición: Valle et al. (2011) las conductas
sexuales de riesgo es la exposición de un
individuo a situaciones que puede producir daños
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irreparables en su salud, que en ocasiones
involucra a otra persona. Las infecciones de
trasmisión sexual y los embarazos no deseados
constituyen los dos principales problemas
asociados con la conducta sexual de riesgo.
Aspectos teóricos: De acuerdo a la propuesta por
Jessor (1991 y 1993), reconoce que la conducta
de riesgo del adolescente, bajo una nueva
perspectiva. La teoría de la conducta de riesgo de
los adolescentes se caracteriza por ser compleja
y esto llega a explicar las conductas adictivas.
Considerando factores de riesgo y protección,
conductas de riesgo y resultados de riesgo.
Es importante considerar que para esta teoría la
aparición de conductas de riesgo en adolescentes
a partir de: la escasez de dinero y comodidad, la
desigualdad y la discriminación que promueve
parte de la sociedad, elementos que se
pueden considerar a una parte de la población
adolescentes como “riesgo”, según el autor.
Modelo sobre la comunicación familiar
Denición: Olson (2000) conceptualiza que la
comunicación familiar es una estrategia lo cual
permite que se desarrolle habilidades para una
comunicación asertiva o positivas, es calicada
como un medio o canal que permite la facilitación
para un buen funcionamiento familiar, permitiendo
como resultado, niveles más adecuados de
cohesión y adaptabilidad. De la misma manera
la comunicación es un proceso de constante
intercambio de información, ideas y emociones,
entre el grupo familiar.
Modelos teóricos: Propuesta por Olson (2000),
esta teoría se centra en las tres dimensiones
centrales de sistemas maritales y familiares:
cohesión, exibilidad y comunicación.
La cohesión familiar se dene como el vínculo
emocional que los miembros de la familia
tienen hacia el uno a otros, es decir el grado
de la unión que existe entre ellos. Dentro de la
cohesión los autores realizaron un diagnóstico
para esto tomó, algunas consideraciones para
medir las dimensiones que está conformado
por; la vinculación emocional, limites, tiempo,
espacio, relaciones intrapersonales, toma de
decisiones e intereses y recreación. Los focos de
la cohesión son como los sistemas que equilibran
su separación frente a la unión. Presenta cuatro
niveles, desde extremadamente bajo, moderado
a extremadamente alto. Esta hipótesis de los
niveles de cohesión central o equilibrada, hace
referencia que la familia mantiene un buen
funcionamiento, sin embargo, los niveles de
desequilibrio son generalmente visto como
problemático para las relaciones a largo plazo.
La exibilidad familiar es la cantidad o la magnitud
de cambio en su liderazgo, relaciones de roles
y reglas. Los conceptos especícos incluyen;
liderazgo (control y disciplina) negociación y
estilos. El foco de la exibilidad está en cómo
los sistemas equilibran la estabilidad frente al
cambio. La comunicación, es tomada como un
punto muy importante dentro de la teoría, ya
que es un elemento, lográndose la modicación
en función a la dinámica de los matrimonios
y familias. Es decir, modicando los estilos y
estrategias de comunicación, se puede modicar
el tipo de cohesión y exibilidad que presentan. En
las teorías mencionadas, se logra la jerarquía de
la comunicación en el núcleo de la familia. Pues
esto dependerá en la forma de cómo se logra
comunicar los miembros de la familia, esto a su
vez, determina su funcionamiento y la posibilidad
de resolver o no los diferentes problemas que
vayan presentando en el núcleo del sistema;
por lo tanto, esto es el foco de su funcionalidad
(Polaino, Lorente y Martínez, 2003).
Esta teoría sostiene que, mientas exista el
funcionamiento esto ayudara a que se mantenga
en balance, es decir la estructura de la familia
podrá desarrollar la mayor posibilidad en
cumplir las metas, objetivos y proyecciones,
así se permitirá lograr que la familia cumpla las
funciones (Ferrer. et al. 2013).
METODOLOGÍA
El diseño de la investigación es no experimental
ya que no se manipularon las variables de estudio.
Es de corte transversal, porque se recolectó la
información en un determinado momento; y
de tipo correlacional, debido a que se busca
encontrar la relación entre la conducta sexual de
riesgo y comunicación familiar
Participantes
La población fue de 500 alumnos, el tipo de
muestreo fue probalísitico obteniendo así una
muestra de 234 estudiantes, se encontró un
59.8% en el sexo masculino y un 40.2% en el
sexo femenino, cuyas edades oscilan entre los
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13 y 19 años de ambos sexos, los alumnos que
participaron fueron de 3ro (9,4%) 4to (29,5%) y
5to (61,1%) año del nivel secundario de una I. E.
estatal de la ciudad de Iquitos, a su vez dentro
de las preguntas sociodemográco los alumnos
manifestaron que el 59,4% viven con sus padres,
el 21,4% solo uno de ellos, el 17,1% con familias
y un 2,1% viven con amigos.
Instrumentos
Los datos se obtuvieron mediante la aplicación
de dos cuestionarios: el primero mide los niveles
de conducta sexual de riesgo en adolescentes y
el segundo evalúa la comunicación en el sistema
familiar.
Cuestionario de conducta sexual de riesgo
La medición de los niveles de conducta sexual
de riesgo en adolescentes, se elaboró un
cuestionario por Apaza (2018) en Lima. Este
cuestionario de conducta sexual de riesgo, puede
administrarse de manera individual o colectiva,
consta de 18 ítems con opciones de respuesta
dicotómicas. Dicho cuestionario contiene 4 ítems
orientadas en la iniciación sexual temprana
en los estudiantes adolescentes, y 5 ítems
encaminadas en la cantidad de parejas sexuales,
como también 3 ítems están relaciones con el
consumo de sustancias psicoactivas durante
la conducta sexual de riesgo, a su vez esta 4
ítems relacionadas con el método de protección
y por ultimo 2 ítems en conocimiento de las
enfermedades de trasmisión sexual (ETS).
Escala de comunicación Padres-Adolescentes
(PAC).
Esta escala fue elaborada originalmente por Barnes
y Olson (1985) para evaluar la comunicación en
el sistema familiar. Posteriormente adaptada
por Bueno, Tomas y Araujo (1998) para
adolescentes escolarizados de Lima. La escala
de comunicación padres-adolescentes, puede
administrarse de manera individual o colectiva,
con un tiempo aproximando de 15 minutos.
Presenta dos dimensiones; apertura en la
comunicación y problemas en la comunicación.
Esta escala presenta dos formatos: formato
para el adolescente, con respecto a la madre
y formato para el adolescente, con respecto al
padre. Cada uno de los formatos está compuesto
por 20 ítems, divididos en cada subescala
compuesta de 10 ítems cada uno tasado en la
escala de Likert de cinco puntos va desde uno
(Nunca, Pocas veces, Algunas veces, Muchas
veces, Siempre). Por otro lado, para la validación
en el Perú, participaron 255 estudiantes (162
mujeres) de dos universidades de Lima. Cuyo
resultado se obtuvieron altos valores de alfa de
Cronbach (entre .80 y .90). Con ello se conrma
la conabilidad y la validez de este instrumento
en la muestra investigada.
Procesamiento de datos
Una vez obtenido los datos, este se ingresó
a una base de datos utilizando el SSPS. Por
consiguiente, para establecer la asociación entre
las variables entre las conductas sexuales de
riesgo y la comunicación familiar se utilizó por el
estadístico conveniencia Chi-cuadrado. También
para el procesamiento de datos se realizaron las
tablas de frecuencias obteniendo así un análisis
descriptivo.
RESULTADOS
Se aprecia en la tabla 1 que el 60.3% de los
adolescentes evaluados tuvo su primera relación
sexual entre los 13 a 15 años de edad. Además,
se observa que el 21.4% tuvo su primera relación
sexual entre las edades de 16 a 18 años y el
18.4% tuvo su primera relación sexual entre los
10 a 12 años.
Tabla 1
Edad de inicio sexual de los adolescentes
Edad N %
10 a 12 años 43 18.4%
13 a 15 años 141 60.3%
16 a 18 años 50 21.4%
En la tabla 2 se observa que solo el 30.8% de los
adolescentes ha tenido una pareja sexual en toda
su vida, mientras que el 43.6% ha tenido entre
2 a 4 parejas sexuales. También se aprecia que
en los últimos seis meses si bien la mayoría solo
ha tenido una pareja sexual (70.5%), el 24.4% ha
tenido entre 2 a 4 parejas sexuales.
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Tabla 2
Cantidad de parejas sexuales
Parejas sexuales en toda su vida Parejas sexuales en los últimos 6 meses
n % n %
1 pareja sexual 72 30.8% 165 70.5%
2 a 4 parejas sexuales 102 43.6% 57 24.4%
Más de 6 parejas sexuales 60 25.6% 12 5.1%
La tabla 3 muestra que menos de la mitad de los adolescentes utilizaron preservativo (43.2%) como
método de protección. Además, se aprecia que el 69.2% ha mantenido relaciones sexuales en los
últimos seis meses y la mayoría no utilizo preservativos en su última relación sexual (54.3%). También
se observa que el 15.8% bebió alcohol y el 6% consumió alguna droga en la última vez que tuvieron
relaciones sexuales. Se observa además que el 40.6% tuvo relaciones sexuales que conoció en ese
día, el 34.2% tuvo relaciones sexuales con amigos en alguna esta y el 14.4% ha tenido relaciones
sexuales en grupo. Finalmente se aprecia que el 21.4% de los adolescentes señala que ha tenido alguna
enfermedad de transmisión sexual en los últimos seis meses.
Tabla 3
Conductas sexuales de riesgo
No Si
n % n %
¿En esa primera relación sexual, usted o su pareja usó
condón?
131 56% 101 43.2%
¿Has tenido relaciones sexuales en los últimos 6 meses? 72 30.8% 162 69.2%
La última vez que tuvieron relaciones sexuales con pene-
tración, ¿tú o tu pareja usaron condón?
127 54.3% 107 45.7%
¿Tomaste alcohol la última vez que tuviste relaciones se-
xuales?
197 84.2% 37 15.8%
¿Consumiste alguna droga la última vez que tuviste rela-
ciones sexuales coitales?
220 94% 14 6%
¿Alguna vez has tenido relaciones sexuales con una
persona que conociste ese día (en una esta, discoteca,
chat, etc.)?
139 59.4% 95 40.6%
¿Estuviste bajo los efectos del alcohol cuando tuviste
relaciones sexuales con alguien que recién conociste?
199 85% 35 15%
¿Has tenido relaciones sexuales con amigos(as)? (en
alguna esta, reunión, etc.)
154 65.8% 80 34.2%
¿Has tenido relaciones sexuales en grupo? 201 85.9% 33 14.1%
¿Durante los últimos 12 meses ha tenido alguna Infección
de Trasmisión Sexual?
184 78.6% 50 21.4%
¿Alguna vez ha tenido relaciones sexuales con una perso-
na, a la que tuvo que pagar por ello?
197 84.2% 37 15.8%
¿Estuviste bajo los efectos del alcohol o alguna droga
cuando tuviste relaciones sexuales con una persona a la
que pagaste por ello?
225 96.2% 9 3.8%
Se aprecia en la tabla 4 que solo el 24.4% de los adolescentes evaluados tuvo relaciones sexuales
bajo los efectos de alguna droga, como licor (17.9%), cocaína (1.7%), marihuana (1.3%), PBC (0.9%),
Heroína (0.9%) y otras drogas (0.9%).
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Tabla 4
Relaciones sexuales estando bajo el efecto de alguna de las siguientes sustancias
No Si
n % n %
Nunca he tenido relaciones sexuales bajo los efectos de alguna droga 57 24.4% 177 75.6%
Licor, Alcohol 192 82.1% 42 17.9%
Cocaína 230 98.3% 4 1.7%
Marihuana 231 98.7% 3 1.3%
PBC (Pasta Básica de Cocaína) 232 99.1% 2 0.9%
Tranquilizantes/ Pastillas para los nervios 232 99.1% 2 0.9%
Éxtasis, LSD 232 99.1% 2 0.9%
Heroína 232 99.1% 2 0.9%
Terokal 232 99.1% 2 0.9%
Otros 232 99.1% 2 0.9%
Se aprecia en la tabla 4 que no existe asociación signicativa entre el nivel de comunicación con el padre
y las conductas sexuales de riesgo. En cambio, se aprecia que el nivel de comunicación con la madre
se asocia signicativamente con la edad de inicio sexual (X2=2.303; p<.05), con la cantidad de parejas
sexuales (X2=8.758; p<.01) y uso de preservativo (X2=3.803; p<.05) como medida de protección.
Tabla 5
Asociación entre comunicación con los padres y las conductas sexuales de riesgo
Comunicación con el padre Comunicación con la madre
X
2
Gl P X
2
gl p
Edad de inicio sexual 2.303 4 .680 9.744 4 .045
Cantidad de parejas sexuales 8.758 4 .067 13.918 4 .008
Consumo de drogas 1.310 2 .520 4.916 2 .086
Uso de preservativo 3.803 4 .433 11.106 4 .025
Se aprecia en la gura 1 que los adolescentes que iniciaron sexualmente entre 16 a 18 años a su vez
tienen una buena comunicación con la madre. También se aprecia que un nivel de comunicación regular
y deciente se asocia con una edad de inicio sexual más temprano.
Figura 1
Asociación entre edad de inicio sexual y comunicación con la madre
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Se aprecia en la gura 2 que una deciente comunicación con la madre se asocia a un mayor número
de parejas sexuales por parte de los adolescentes (2 a 5 parejas sexuales) y una buena comunicación
se asocia a tener una sola pareja sexual.
Figura 2
Asociación entre número de parejas sexuales y comunicación con la madre
Se aprecia en la gura 3 que el uso ocasional del preservativo por parte del adolescente se asocia a una
comunicación regular con la madre y los adolescentes que mantienen una comunicación deciente con
la madre a su vez nunca utilizan preservativo.
Figura 3
Asociación entre uso de preservativo y comunicación con la madre
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DISCUSIÓN
En los últimos años la conducta sexual de riesgo
se ha incrementado de manera notable en la
amazonia peruana, debido a que los adolescentes
dan inicio a su actividad sexual a temprana edad,
en consecuencia de una comunicación escasa
con los padres, asimismo, Montoya, Castaño y
Moreno (2016) hacen referencia que los niños y
jóvenes de hoy están creciendo con la ausencia
física del padre, pues la realidad evidencia
que el padre actual maniesta otro tipo de
acompañamiento y crianza, esto se debe a que
el padre está priorizando la economía del hogar,
sus aspiraciones personales en el trabajo, entre
otras cosas, de este modo el vínculo afectivo
padre e hijo es deciente. En la investigación,
se pudo observar que, en nuestra muestra, la
composición familiar es más que estructurada
(59,4%) y monoparental (40,6%).
En relación a ello, el objetivo del estudio fue
determinar si existe relación signicativa entre la
conducta sexual de riesgo y la comunicación de
los padres con los hijos. Para lo cual se evaluó
por separado la comunicación de los padres,
una evaluación separada, que permite una mejor
comprensión de la comunicación. Ya que según
Urías (2015) menciona que la comunicación
juega un rol muy importante del núcleo familiar,
siendo así, la comunicación categorizada como
abierta, ofensiva o evitativa, existiendo así una
diferenciación en la toma de estilos de crianza
entre el padre y la madre.
En este sentido, los resultados encontrados
muestran asociación entre la comunicación
con la madre y conducta sexual de riesgo, es
decir, que cuanto mayor sea la comunicación
con la gura materna menor será el inicio de
conductas sexuales en los adolescentes. El
resultado coincide con lo expuesto por Cisneros
y Palacios (2018) en su investigación hallaron
que independientemente el tipo de comunicación
que el adolescente tenga con el padre no
inuye de manera signicativa en las conductas
sexuales de riesgo, Sin embargo, en cuanto a la
comunicación de los adolescentes con su madre
se evidencia que tienen mayor probabilidad
de tener una conducta sexual de riesgo: iniciar
precozmente sus relaciones coitales, más de
una pareja sexual, cambio frecuente de parejas,
relaciones fugaces y prácticas de sexo “oro
genital/genito – anal sin protección”. Por su parte
Uribe, Castellanos y Cabán (2016) maniestan
que hay una tendencia de los adolescentes a
conversar con mayor facilidad acerca de temas
referente a la sexualidad, con la gura materna.
Del mismo modo, Almanza y Ccencho (2016)
en su investigación tuvo como resultado que
los adolescentes tienen mejor apertura con la
madre que con el padre, así mismo, se muestran
en los datos que los adolescentes del sexo
masculino y femenino muestran mayor conanza
en la comunicación con la madre que con el
padre. Concordado también con Granda (2015)
que indica que los adolescentes tienen una
comunicación abierta con la madre a diferencia
del padre. Por lo tanto, la comunicación con
la madre es signicativa para el adolescente,
debido a que pospone el inicio de las conductas
sexuales de riesgo. Por otro lado, no se evidencia
asociación signicativa entre comunicación con el
padre y conducta sexual de riesgo, que incluye,
inicio temprano de las relaciones sexuales, no
usar métodos de protección, múltiples parejas
y el uso de sustancias psicoactivas. Estos
resultados coinciden con Schoned, McReey y
Eisenberg (2013) que deducen en su estudio que
existe diversas causas que pueden inuir entre la
comunicación entre padres e hijos, uno de ellos es
el género, denotando la gura materna con mayor
seguridad, conanza y responsabilidad a la hora
de hablar de sexualidad, respondiendo así las
dudas que tienen los adolescentes a diferencia
del padre que se muestra más rígido. Teniendo,
así como resultado que la comunicación con el
padre no inuye de manera signicativa en las
conductas sexuales de riesgo.
Respecto a la comunicación con la madre y la
edad de inicio sexual se encontró que existe una
relación signicativa (X2=2.303; p<.05), donde los
adolescentes que tienen una mejor comunicación
con su madre su inicio sexual es a mayor edad
(16 a 18 años) mientras que los adolescentes
que tienen dicultades en la comunicación con su
madre su inicio sexual es a menor edad (10 a 12
años). Mientras exista una buena comunicación
con la madre, la edad de inicio sexual será a
mayor edad. Correlacionado al estudio Uribe at al
(2013) maniesta que existe diversos estudios en
las cuales arma que la conducta sexual aumenta
cada vez más, se reportan el gran incremento
de la iniciación sexual temprana, permitiendo
que los adolescentes den un inicio precoz en la
formación de hogares. Acotando a esto Salazar
et al (2007) hace una referencia que, en las zonas
rurales del Perú, los adolescentes dan inicio a
temprana edad su actividad sexual ya que, se
presenta una escasa comunicación respecto a
la educación sexual y al cuidado de su cuerpo
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del adolescente, demostrando a esto un clima
familiar poco expresiva en afecto y comunicación.
En este sentido, Gamarra y Iannacone (2009),
concluye que diversos estudios mencionan que
los adolescentes que viven en familias estructuras
o completas tienen mayor probabilidad en
retrasar su actividad sexual, en cambio, sí solo
se presencia la gura materna o paterna el inicio
será aún más temprano.
Del mismo modo, se encontró una relación
altamente signicativa entre la cantidad de
parejas sexuales y la comunicación con la madre
(X2=8.758; p<.01), lo cual hace referencia que,
solo el 30.8% de los adolescentes ha tenido una
pareja sexual en toda su vida, mientras que el
43.6% ha tenido entre 2 a 4 parejas sexuales.
Así mismo, en los últimos seis meses si bien la
mayoría solo ha tenido una pareja sexual (70.5%),
el 24.4% ha tenido entre 2 a 4 parejas sexuales.
Es decir, entre más alta sea la comunicación con
la madre menor cantidad de parejas sexuales en
los adolescentes. Fortaleciendo a esto Parra y
Oliva (2002) maniestan que, en estos casos, los
adolescentes perciben a las madres más abiertas
en comunicarse, comprensivas e interesantes al
hablar de sexualidad, llevándose a iniciar una
comunicación intercambiada. Por otro lado,
Rafael (2016) en su investigación realizada en
Perú concluye que, los adolescentes procedentes
de familias con disfunción familiar tuvieron en
mayor frecuencia de dos a más parejas sexuales
en comparación a adolescentes de familias
funcionales, es decir aquellos adolescentes
que tenían de dos a más parejas estaban
predispuestos a contraer una enfermedad de
trasmisión sexual. Por otra parte, Arias et al.,
(2011) menciona que los hombres son los que
tienen mayor frecuencia a presentar mayor
número de parajes, las cuales en su mayoría
de veces son ocasionales, permitiendo que se
presente con mayor índice en vulnerabilidad.
Respecto al resultado no existe una asociación
signicativa entre el consumo de sustancias
psicoactivas y la comunicación con la madre,
(X2=4.916; p<.09), es decir, que la comunicación
que tiene el adolescente con la gura materna no
inuye en el consumo de sustancias psicoactivas.
De los jóvenes encuestados que llevan a cabo
prácticas orientadas al consumo riesgoso de
alguna droga, siendo el licor el de más alto
consumo, seguido por la cocaína, la marihuana y
en bajas proporciones el PBC entre otras drogas.
En otra investigación realizada por Apaza y Vega
(2015) podemos encontrar que si bien no todos los
jóvenes encuestados en dicho estudio, realizan
prácticas orientadas a conductas peligrosas
especícamente el consumo de sustancias
psicoactivas, por lo tanto, se concluyó que el
consumo de las bebidas alcohólicas y el uso
de drogas en adolescentes no presentaron una
asociación signicativa en el estudio realizado.
Esto diere con la investigación realizada por
Bordalejo, Schmidt, Molina y Sartuqui (2016)
mostrando en su estudio que no todos los
adolescentes tienen prácticas riesgosas con
respecto al consumo de alcohol, sin embargo, el
20% de su muestra, indican que la comunicación
con la madre resulta signicativa solo para las
mujeres (hijas adolescentes). Se ha encontrado
que la restricción en la comunicación se asocia
a prácticas sociales vinculadas a un consumo
riesgoso de alcohol. A su vez, una comunicación
positiva se asocia a una menor orientación a
tales prácticas.
Finalmente se encontró una asociación entre las
conductas sexuales de riesgo y comunicación
con la madre siendo el más común el uso del
preservativo (X2=3.803; p<.05), frente a ello,
se puede deducir que entre más buena sea la
comunicación con la madre, más probabilidades
que los adolescentes utilice preservativos. Esto
es coherente con los resultados de la presente
investigación, donde menos de la mitad de los
adolescentes utilizaron preservativo (43.2%) como
método de protección. En el estudio de Lavielle,
et. al. (2014) evaluaron las conductas sexuales
de riesgo del adolescente (la iniciación de la vida
sexual, múltiples parejas y la no utilización del
condón) y su relación con algunas características
y el tipo de dinámica familiar (expresión del afecto
y la comunicación) y la satisfacción con la familia.
Siendo la comunicación y la calidez entre de
padres e hijos, un rol de suma importancia, ya
que inuye como protectores en las conductas
sexuales de riesgo del adolescente. Por otro
lado, Gonzales (2016) maniesta que realizaron
investigaciones relacionadas con la comunicación
y la sexualidad, lo cual concluyeron que, las
conversaciones que se daban entre padres e
hijos se centran en abordajes basados en el
miedo referente a los embarazos no deseados
y las enfermedades de trasmisión sexual, pero
dentro de ello poco se relacionan en establecer
comunicación sobre experiencias sexuales,
englobando a esto los adolescentes se relacionan
con más ecacia con la madre ya que mantienen
una conversación de valores y reglas que trasmite
una orientación moral para la protección y uso de
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Revista Científica de Ciencias de la Salud
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preservativos en los adolescentes. Por su parte
Forcada et. al (2013) alude que mientras mejor
es la comunicación entre padres e hijos, mayor
uso de preservativos entre los adolescentes. Así
mismo, mencionan que la comunicación sexual
con los padres, no es suciente, sino que la
calidad general de la comunicación podría ser la
variable relevante en las conductas sexuales de
riesgo.
Declaración de nanciamiento y de conictos
de interés:
El estudio fue nanciado por los autores, quienes
declaran no tener conictos de interés.
Correspondencia
Keshia Gamboa Pumazoncco
Correo electrónico:
keshiagamboa@upeu.edu.pe
Keila Ysuiza Rodríguez
Correo electrónico:
keila.ysuiza@gmail.com
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Recibido: 05/08/2020
Aceptado: 15/10/2020