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ISSN: 2306-0603 (impresa) - 2411-0094 (en línea)
Revista Científica de Ciencias de la Salud,
2019: 12(2), 17-24
INTRODUCCIÓN
Hoy en día, el uso de las redes sociales ha
transformado los estilos de vida y las costumbres
de las personas (Laguna, 2013), siendo una
vía de comunicación pública y privada con la
función principal de satisfacer la necesidad que
tienen las personas de formar parte de un grupo
con características e intereses comunes (Hütt
2012). Por su parte, García, Del Hoyo y Muñoz
(2014) sostienen que las redes sociales son
el medio más común que utilizan los jóvenes
para relacionarse, por ser de fácil acceso desde
la infancia. Asimismo, Malo-Cerrato, Martín-
Perpiñá y Viñas-Posh (2018), mencionaron que
en España el 12.8% de los adolescentes hacía
uso excesivo de las redes sociales, mientras que,
en el Perú, el Instituto Nacional de Estadísticas e
Información (INEI, 2017), informó que el 70.4%
de la población incrementó el uso de internet y
todas las plataformas que ésta contiene (juegos
en línea, redes sociales, etc.).
Ante esta problemática, Celaya (2008) sostiene
que las redes sociales son el medio donde los
individuos logran publicar y compartir distintos
tipos de información, personal o profesional, con
diversas personas pudiendo ser conocidas o no.
Para González-Ramírez, Llopis y Gascó (2013),
los tipos de redes sociales más usadas son:
Facebook (76.2%), seguido de YouTube (73.8%)
e Instagram (61.9%), Twitter (28.6%), LinkedIn
(13.1%), Pinterest (8.3%), Snapchat (4.8%) y
Blog (2.4%). Es así que, Gámez y Villa (2015)
comentan que la adolescencia, como etapa de
búsqueda de identidad, encamina a la mayoría
de jóvenes a la toma de decisiones nuevas y
de cierto riesgo, como por ejemplo la adicción
a internet y por extensión, a las redes sociales,
ya que este medio les otorga ocio y relaciones
sociales de manera sencilla (Rodríguez, Prats,
Oberst y Carbonell, 2018). Para Vilca y Vallejos
(2015), la adicción a las redes sociales se
caracteriza por el deterioro en la capacidad de
control, lo cual se asocia a la dependencia del uso
continuo y el síndrome de abstinencia cuando el
individuo no logra ingresar a las redes sociales.
Estos síntomas afectan de manera signicativa
al adolescente, ya que producirá una disminución
del rendimiento académico, la pérdida de
interés en otras actividades y dicultades en el
relacionamiento social. Frente a esta realidad,
Alonso y Romero (2017) sostienen que los niños
y adolescentes que hacían uso problemático
de las nuevas tecnologías (videojuegos, redes
sociales, Etc.) presentaron mayor dicultad en
la apertura de interacción social, bajos niveles
de responsabilidad y amabilidad, como también
un aumento de la inestabilidad emocional,
frecuencia de problemas de conducta, atención
y de pensamiento e impulsividad. Respecto a las
últimas dicultades mencionadas, la impulsividad,
es denida por Barratt y colaboradores (citados
por Squillace, Picón y Schmid 2011), como
la predisposición a realizar actos de manera
precipitada y sin previa reexión ante estímulos
internos o externos sin considerar los probables
resultados a largo o corto plazo, para consigo
mismo y la gente que lo rodea.
Respecto a esta problemática, en Italia, Rothen
et al. (2018), encontraron relación signicativa
entre el uso problemático del Facebook y
la impulsividad. También, en España, De la
Villa y Suárez (2016), encontraron que el mal
manejo del estrés predispone a un mal uso
de las tecnologías, lo cual se asocia a hábitos
compulsivos, problemas de autorregulación del
control y conictos en el área emocional. De la
misma manera, en Perú, Liberato y Polín (2016),
concluyeron que existe una relación negativa
y altamente signicativa en las siguientes
dimensiones: nivel de riesgo de adicción a redes
sociales y adaptación de conducta, obsesión por
las redes sociales y adaptación de conducta,
falta de control en el uso de las redes sociales
y uso excesivo de ellas con adaptación de
conducta. Al igual que Chambi y Sucari (2017),
quienes encontraron relación signicativa entre
la adicción a internet e impulsividad.
A pesar de la existencia de un gran número
de estudios sobre la adicción y su relación con
múltiples variables, hay un escaso número de
investigaciones referentes a las adicciones no
químicas y su relación con la impulsividad y sobre
todo en población adolescente. Por consiguiente,
esta investigación pretendió encontrar la existencia
de la relación signicativa entre la adicción a redes
sociales e impulsividad en los estudiantes de 4°
y 5° grado de secundaria de dos instituciones
educativas públicas de Lima Este.
METODOLOGÍA
Para llevar a cabo la investigación se utilizó el
diseño no experimental de corte transversal y de
tipo correlacional, puesto que la naturaleza de la
investigación es relacionar ambas variables del
estudio (Hernández, Fernández y Baptista, 2010).