Rasgos de personalidad e inteligencia emocional en pacientes drogodependientes internos de dos centros de
rehabilitación de Lima Este
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ISSN 2411-0094
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Revista Científica de Ciencias de la Salud 12:1 2019
DISCUSIÓN
En esta investigación con respecto al rasgo de
personalidad neuroticismo, siguiendo el modelo
de Costa y McCrae (1992) no se relaciona
signicativamente con la inteligencia emocional
del modelo de Baron (1997), (r = .086 p = .734).
Esto indica que los rasgos neuróticos de los
pacientes drogodependientes no se asocian con
los niveles de inteligencia emocional, es decir,
un participante puede tener altos o bajos niveles
de neuroticismo (tendencia a la inseguridad
y a experimentar sentimientos negativos)
independientemente de sus niveles de
inteligencia emocional. Estos resultados podrían
indicar la presencia de otros factores como el
funcionamiento social familiar, autoestima y las
habilidades sociales, que intervienen al momento
de determinar los niveles de inteligencia
emocional de una persona (Goleman, 1995;
Roca, 2013). Sin embargo, estos resultados
dieren con los estudios de Coico y Guevara
(2011); Hosseini y Anari (2011) y Nawi, Redzuan
y Hamsan (2012) quienes concluyen que si
existe relación signicativa entre neuroticismo e
inteligencia emocional. Los mismos resultados,
coinciden con el estudio de Parodi, Bemonte,
Ferrándis y Ruíz (2017); Alghamdi, Aslam y
Khan (2017) y Arana y Caritimari (2017) quienes
concluyeron que ambas variables no presentan
relación signicativa. Estas variaciones en
los resultados, probablemente se deban a las
distintas poblaciones de estudio, puesto que este
puede ser un factor determinante e inuyente en
los resultados de una investigación.
Así también, los resultados muestran que
no existe relación signicativa entre el rasgo
de personalidad extraversión e inteligencia
emocional (r = -.028, p = .734), en otros
términos, los niveles de extroversión, evaluados
desde la perspectiva de los pacientes, son
independientes a los niveles de inteligencia
emocional. Estos resultados no coinciden
con los estudios de Fortes, M., Oriol, X.,
Filella, G., Del Arco, I. y Soldevila, A. (2013);
Kappagoda (2013); Yusoo, Desa, Ibrahim,
Kadir y Rahman (2014) quienes concluyeron
que si existe relación signicativa entre ambos
constructos. Probablemente la explicación
se deba a la naturaleza de esta variable, la
cual de acuerdo al modelo teórico de Costa y
McCrae (1992) es denida como la tendencia
a ser amistosos, locuaces, despreocupados
y amantes de la aventura y el riesgo. De este
modo, si se hace un análisis introspectivo a
los indicadores de esta dimensión, se observa
que los tales encuentran una mejor asociación
con otras variables de investigación distintas
a la inteligencia emocional. Tal como lo indica
Bastidas (2017), quien encontró relación
signicativa entre el rasgo de extroversión con
la variable procrastinación, o sea, a mayores
niveles de extroversión, mayor será la tendencia
a procrastinar (retrasar una tarea pendiente).
Por otro lado, los hallazgos obtenidos respecto
al segundo aspecto coinciden con el estudio
de Parodi, Bemonte, Ferrándis y Ruíz (2017) y
Arana y Caritimari (2017) quienes encontraron
que no existe una relación signicativa entre
la extraversión e inteligencia emocional,
concluyendo este último que la extroversión no
determina el nivel de inteligencia emocional de
una persona y viceversa.
Tampoco se evidencia relación signicativa entre
el rasgo de personalidad apertura a la experiencia,
del modelo de Costa y McCrae (1992), y la
inteligencia emocional (r= .085 p = .297). Esto
da a entender que ambas variables, evaluadas
desde la perspectiva de los participantes no
se asocian. Estos resultados coinciden con los
estudios James, Bore y Zito (2012), quienes
concluyeron que la inteligencia emocional y el
rasgo de apertura a la experiencia no presentan
correlación signicativa. Igualmente sucede
con el estudio de Mesa (2015), quien concluyó
que los rasgos de amabilidad y apertura a la
experiencia no muestran correlación signicativa
con la Inteligencia emocional. Posiblemente,
la explicación se deba a la naturaleza de la
dimensión, la cual de acuerdo al modelo teórico
de Costa y McCrae (1992) es denida como la
tendencia a experimentar nuevas sensaciones
que les resulten agradables y estimulantes.
En este sentido, haciendo un análisis de sus
indicadores, se puede observar que es una
variable independendiente a la inteligencia
emocional, lo cual mostraría él porque del
resultado. Sin embargo, se encontró que el
rasgo apertura a la experiencia se correlaciona
en gran manera con la variable adicción a
sustancias psicoactivas, esto es corroborado
por Amirabadi et al. (2015) y Pedrero y Rojo
(2008) quienes concluyen que hay niveles altos
en el rasgo apertura a la experiencia que se
correlacionan signicativamente con el riesgo a
la adicción de sustancias psicoactivas.
Del mismo modo, no se encontró relación
signicativa entre el rasgo de personalidad
amabilidad, del modelo de Costa y McCrae